jueves, 28 de enero de 2010

Policías uniformados asesinan a Pablo Chilián

  • Pese a que su compañero sobreviviente a la golpiza denunció a los gendarmes que los subieron a bordo de la patrulla N° 899-84, ningún medio informativo dio a conocer este dato, ni la autoridad ha procedido en consecuencia

El 11 de diciembre alrededor de las 11 de la noche, los jóvenes Jorge Palacios Anzaldo y Pablo Gnuyen Chilián Espinosa, cuando caminaban por el centro de la ciudad de Posa Rica, Veracruz, un grupo de policías uniformados, los detuvieron, esposaron y subieron a la patrulla que tripulaban, la N° 899-84; tras de lo cual los llevaron fuera de la ciudad y en un lugar cercano conocido como La Ceiba, los bajaron y sin mediar ninguna explicación continuaron golpeándolos con palos, hasta dejarlos inconscientes. Tras de lo cual, los abandonaron a orillas de la carretera.
Tan pronto como pudo recuperarse Jorge solicitó auxilio a los conductores de los vehículos que pasaban hasta que fue recogido por una ambulancia que lo trasladó de inmediato a un hospital, no así a Pablo quien ya había fallecido, mismo que posteriormente fue levantado por personal del Ministerio Público de Papantla, Veracruz, y trasladado al anfiteatro donde le fue practicada la autopsia de ley.
En su oportunidad, Jorge Palacios Anzaldo declaró ante el Ministerio Público de Posa Rica, a los medios informativos, a sus familiares y amigos, que podía identificar perfectamente a los policías que los golpearon, proporcionó el número de la patrulla que los levantó y dio detalles de la forma como fueron tratados con injurias y amenazas que finalmente se consumaron.
Al día siguiente de los trágicos sucesos la prensa de Posa Rica dio a conocer el macabro hallazgo de un joven golpeado, ensangrentado y semidesnudo, se publicaron fotografías a todo color en primera plana del cuerpo encontrado, y de su amigo haciendo declaraciones, pero extrañamente ningún medio informativo dio a conocer el dato fundamental de la denuncia presentada por Jorge Palacios Anzaldo: que fueron elementos de la policía que viajaban a bordo de la patrulla 899-84, los que cometieron el homicidio.
Enterado de la denuncia, el padre de Pablo, el psicólogo Federico Chilián Orduña, director de esta publicación, solicitó al gobernador del Estado, Fidel Herrera Beltrán, girara las instrucciones pertinentes para esclarecer el caso y se haga justicia. Asimismo, le manifestó su confianza en el titular del Ministerio Público de Papantla, el licenciado Roberto Elías Lara Aguiar, quien ofreció realizar su mejor esfuerzo para hallar a los responsables.
Sin embargo, al cierre de esta edición, 16 de diciembre, la denuncia recogida en el MP de Posa Rica, al día siguiente de los sucesos, misma que fue turnada al MP de Papantla, aún no llegaba a su destino, pese a estar a sólo 20 minutos una ciudad de otra, y a que supuestamente se trata de un asunto de máxima prioridad.
Dialogando con personas residentes en estas localidades, enteradas del caso, mencionaron que todo el gobierno de Veracruz y lugares circunvecinos está en manos del cártel de los “Zetas”, y que la forma en que fueron golpeados los jóvenes es típica de esta gente. Se dice que el aspirante “Z” que pretende suceder a Mario Marín Torres, forma parte de este grupo.
Por su parte, Federico Chilián Orduña, ha manifestado en reiteradas ocasiones que Pablo “no sólo era el más guapo sino el más decente de sus hijos, jamás empleaba palabras obscenas en su conversación, era un joven sin vicios de ninguna índole, no fumaba, no tomaba, era un excelente deportista, jamás se vio involucrado en situaciones ilícitas”. Pablo Gnuyen estaba dedicado trabajar con su hermano Federico, en ocasiones con la compañera Alejandra Cruz Jiménez, en trabajos de impresión, y al cuidado de su madre, la arquitecta Amalia Espinosa Rojas y de su hijo Pierre Antoine, de cuatro años de edad.
Los diarios, revistas, libros y demás publicaciones que edita Transición Diario A. C., normalmente no se ocupan de la nota roja, salvo casos excepcionales, como éste, que afectan directamente a los hacedores de las mismas.

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