jueves, 8 de octubre de 2009

Blanca Alcalá ¿a la gubernatura?

Mucho se ha hablado de la posibilidad de que la presidenta municipal Blanca Alcalá Ruíz, sea la candidata del PRI al gobierno del estado, y aunque ella no ha dicho que quiera serlo o que no lo quiera, al menos públicamente, las encuestas la colocan en el primer lugar entre los aspirantes de su partido, arriba de Enrique Doger, Jesús Morales, Alberto Amador, Víctor Hugo Islas y Javier López Zavala, y según el PRI, será mediante el uso de encuestas como se decida quien sea el candidato.
A eso se debe que el dirigente estatal del PRI, Alejandro Armenta Mier, gente plenamente identificada con Javier López Zavala, se la haya pasado todo el mes pasado vociferando que Blanca Alcalá le dijo en privado que en ese momento no le interesaba la candidatura, lo que Alejandro interpretó como que nunca le interesaría ser la candidata y machaconamente ha insistido que a él se lo dijo personalmente y en persona.
Si se lo dijo en privado y luego lo divulgo sin haberla consultado, es una doble falta de respeto que cometió Alejandro a una militante de su partido y a una dama; claro, en el PRI, su presidente estatal, no da brinco sin huarache, primero consulta en Casa Aguayo lo que deba o no decir, y luego lo dice. Es evidente que quien no quiere que sea la candidata es el gobernador Mario Marín, y conforme este hecho se hace evidente ante la opinión pública, crece la figura de la alcaldesa que prosigue sus tareas al frente del ayuntamiento como si no se diera por aludida.
Lo más reciente es el inicio del maratón Puebla limpia que la presidenta municipal puso en marcha, con una inversión de 15 millones de pesos que obtuvo de la Federación y el Congreso de la Unión y que beneficiarán en primer lugar a las unidades habitacionales participantes, la Unidad Guadalupe, FOVISSSTE San Roque, Luis N. Morones, La Rosa, San Pedro, Villas Guadalupe, Villa Verde I y II, Unidad Magisterial México 68, La Flor, Fuentes de San Bartolo, La Ciénega, Solidaridad Nacional, San Ramón, Mateo de Regil, El Carmen, Volkswagen 2, Unidad Galaxia Bosques de Manzanilla, La Victoria, Unidad SNTE, Unidad Galaxia La Laguna, Real de Guadalupe y La Guadalupana.
Lo más curioso del asunto es que el anuncio de que “por mayoría de votos, el Pleno del Cabildo autorizó, en Sesión Extraordinaria, la contratación de un crédito bancario simple que será destinado a la construcción del Viaducto Elevado, obra plenamente sustentada al beneficiar a más de 275 mil habitantes, 75 mil usuarios cada día en ambos sentidos, y generará 415 empleos directos y 50 indirectos” se ha prestado para que algunos comentaristas interpreten esta acción como el detonador definitivo de su eventual candidatura.
Poco o nada se toma en cuenta que “la estructura reducirá tiempos de traslado a los automovilistas, les ahorrará combustible y al mismo tiempo, disminuirá la contaminación al proporcionar mayor agilidad al tránsito, ya que se ubicará sobre el Bulevar Atlixco, desde la calle Matamoros (cerca de la 23 Poniente) hasta poco antes del puente del río Atoyac, en una extensión de 1.2 kilómetros, aproximadamente”; de todos modos lo que está en juego es si es o no candidata, que a juicio de muchos “es la única que puede no sólo salvar sino dignificar la PRI”, tal vez este sea un juicio exagerado porque el PRI pese a su longevidad ha recuperado el terreno perdido y todo hace suponer que se perfila para recuperar la presidencia de la República, lo cual parece menos peor que lo nos ha sucedido con el PAN.
Mientras tanto la alcaldesa nos da la noticia todos los días de que está trabando por Puebla capital.
A juicio de los priístas más experimentados y con carrera en el seno del tricolor es ella o si no Jesús Morales Flores, los únicos que pueden rescatar al PRI del descrédito y la descomposición, porque los otros que se mencionan, se dice, tienen tremenda cola que les pisen en alusión directa a Enrique Doger y Alberto Estefan Chidiac, que no gozan de mucha simpatía al interior de su partido, no así Alberto Amador a quien se le reconoce capacidad pero escasa popularidad, y Víctor Hugo Islas a quien no se le concede nivel, pese a su lengua trayectoria legislativa, pero, se dice, nula en el campo de la administración pública.
Quien esto escribe, como no es del PRI, sólo ve los toros desde la barrera, y ante lo más probable que es que el próximo gobernador sea del PRI, sólo espera que sea alguien que por lo menos respete la disidencia y la libre expresión, y no sea como lo ha sido el gobierno de Mario Marín. Esperar más que eso, sería como pedir peras al olmo.

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