lunes, 15 de febrero de 2010

Zavala se impuso en el PRI, Doger impugna


Dice el refrán popular que “golpe que no aniquila, fortalece”, lo que aplica al caso de Mario Marín, que luego de vapuleado, y casi caído por el affaire Lidia Cacho Vs. Kamel Nacif, salió más que fortalecido gozando de todo el apoyo de: el espurio presidente Felipe Calderón, que como candidato prometió sacarlo “si el voto mayoritario le favorecía”, y finalmente lo dejó en la silla y hasta se hicieron amigos, más la del protector de la pederastia clerical Norberto Rivera, que todo el tiempo lo alentó a mantener el control, además la corruptible Suprema Corta de Justicia de la Nación, cuyos integrantes son los funcionarios públicos mejor pagados del mundo, e incluso de políticos dizque de izquierda, como Cuauhtémoc Cárdenas, que se luce fotografiándose a su lado en un presídium priísta y en general de la clase política que se enriquece en medio de la pobreza del pueblo.Sin embargo, pese a que todo hace suponer que Mario Marín impuso como único precandidato del PRI a Javier López Zavala, lo cual calificaron algunos columnistas como “manotazo del precioso”; lo cierto fue al revés, que quien se impuso al “gober” fue el precandidato, y no de cuando se decidió negarle su registro a Enrique Doger, argumentando que sólo 21 ciudadanos, de los más de ocho mil que presentó el ex alcalde se encontraban en el padrón de afiliados del partido, lo que además de grotesco y ridículo, resulta de una soberbia monumental que prefigura el estilo de gobernar que nos depara el chiapaneco si finalmente se convierte en gobernador. Zavala se impuso a Marín, desde que se granjeó como ningún otro y mucho más que sus dos grandes cuates y paisanos, Mario Montero y Valentín Meneses, la amistad de doña Margarita, que mucho se divertía con los chascarrillos del chiapaneco, que hacían las delicias de la señora de Zavala, perdón, de Marín; y como todo mundo sabe que en la alcoba del mandatario en turno, mucho antes de que doña Martha Sahagún lo pusiera en boga, se toman las grandes decisiones que afectan a la sociedad de este país, fue allí donde se dio el primer palomazo a favor del chiapaneco. Luego, en vez de pelearse con Manuel Bartlett, para quedar bien con Calderón, como lo hizo Marín; Zavala en cambio, nunca se distanció de su tutor Bartlett y le dio sus golpecitos a Calderón, para mantener el respaldo de Bartlett hasta el momento decisivo. Ya vendrá el tiempo en que se desviva en elogios hacia Calderón, si es que termina su aciago periodo. Además, a diferencia de Jesús Morales, Víctor Hugo Islas y Amador Hernández, que nunca supieron llegarle al corazón a Beatriz Paredes; Zavala por su parte, sabedor de que ese órgano vital en buena parte de las mujeres, sobre todo las que se dedican a la política, reside en una de dos: en su cuenta bancaria o en su visión del futuro, o en ambas; entonces, tuvo el chiapaneco la oportuna ocurrencia de hablarle a la dirigente partidista de la posibilidad de que una mujer fuera la candidata a la presidencia de la República, con lo cual él estaría encantado, y por supuesto que contribuiría con los medio$ necesarios para tal eventualidad, lo que provocó que dos prominentes abdómenes se dieran el encontronazo con el tradicional abrazo de compañero de partido. El caso de Blanca Alcalá, es diferente, ella aceptó declinar a favor de Zavala porque en primer lugar quiere terminar bien su gobierno municipal, en segundo, porque dicen que le ofrecieron una senaduría después de que concluya, en tercero, porque está consciente de que su presencia en el interior del Estado es prácticamente nula y en cuarto, porque sabe que el PRI no la tiene segura contra un Rafael Moreno Valle que está crecido al castigo, tiene todo el respaldo de Elba Esther Gordillo, todo el de Felipe Calderón y todo el de la clase empresarial y las clases populares que no quieren ver ni en pintura a Marín y por ende a Zavala, que son la mayoría de este país.Entre tanto el ex alcalde Enrique Doger se defiende con poca fortuna y más escaso tino. El día de su presentación de solicitud de registro, dijo a los reporteros que él es miembro del PRI desde 1988, y que su credencial se la expidió el presidente nacional de su partido Jorge de la Vega Domínguez, el mismo que por instrucciones de Miguel de la Madrid, impuso como candidato a Carlos Salinas de Gortari, lo que provocó la auto expulsión del PRI de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Si Dóger pensara desde ese año como dice pensar ahora, entonces no hubiera sido rector de la BUAP, donde su primo José Doger Corte lo impuso como su sucesor, cuando ya la BUAP estaba en manos del PRI, y la izquierda en una universidad otrora de izquierda no tuvo nada que hacer con un Guillermo López Mayo al frente, completamente neutralizado. Tampoco Doger hubiera sido alcalde, pues allí se impuso gracias a que el PRI no tenía tela de donde cortar, después de la debacle de Julián y Nacer y German Sierra, frente a Luis Paredes y Gabriel Hinojosa, respectivamente.De cualquier modo, Doger tiene motivos de sobra para inconformarse e interponer un recurso ante el tribunal federal electoral, pero corre el riesgo de que ganando la controversia, pierda la elección interna y no tenga más remedio que disciplinarse a su odiado rival, lo cual le sería bastante incómodo. Lo otro es que se alíe a Moreno Valle, que parece lo más viable y desde allí tome desquite y en caso de ganar, ocupe una secretaría que usaría como trampolín para volver más tarde a las andadas. Por ahora Doger ha salido con la especie de que fue su postura frente al caso Lidia Cacho-Kamel Nacif, lo que propició la exclusión. La verdad es que durante el escándalo, Doger fue tibio, nunca fue claro ni contundente, y sólo se ganó la enemistad de Marín a quien se refería como su “amigo”. Doger, simplemente está cosechando lo que sembró.Mientras tanto, se comenta en los cafés que de consumarse las ambiciones de Zavala, Puebla quedará a merced de los “Z”, y de los más peligrosos, los que vienen de Chiapas huyendo de la insurgencia zapatista, pero igual si se consuman las aspiraciones de Moreno Valle, la disidencia magisterial correrá graves riesgos y la educación laica podría hacerse más añicos de los que ya son. Ni pa' donde jalar dice el compadre.

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