martes, 2 de febrero de 2010

La Iglesia Católica, una organización criminal

De la misma manera que se comprobó que el planeta Tierra no esta inmóvil, no es plano, ni está en el centro del universo, como lo sostenía el clero católico en la antigüedad, sino que es esférico y gira alrededor del Sol, y este astro rey es tan sólo una estrella y como él hay millones, que son millones de veces más grandes que él. Asimismo, está demostrado históricamente que la institución denominada Iglesia Católica Apostólica Romana, es una organización criminal, la más peligrosa del mundo y, para su desgracia, está en decadencia, después de más de medio milenio de haber masacrado a los indígenas y a los pobres de América.
La declaración más reciente de la irracionalidad de esta Iglesia nos la ha obsequiado el cardenal Norberto Rivera Carrera, al asegurar que las leyes que permiten la unión de personas del mismo sexo y les reconocen derecho a la adopción, son contrarias a las leyes de Dios y por lo tanto son “perversas”.
El tal dios a quien se refiere el cardenal, Jehova, Yavhé, Jesús el Cristo, el Espíritu Santo, el Salvador o como quiera llamarse, es el mayor timo que se ha generado en la civilización occidental. Basta leer la Biblia para confirmarlo. El dios del Antiguo Testamento, es un perfecto genocida psicópata, que decepcionado de la obra que había hecho a su imagen y semejanza, la ahogó sin miramientos en el famoso diluvio de cuarenta días, luego les destruyó la torre que pretendía alcanzar su gloria y determinó que ya nadie se entendiera hablando diferentes idiomas. Incendió Sodoma y Gomorra con todo y niños, mató por medio de Herodes a los contemporáneos de su hijo, más las interminables guerras y su protección a su pueblo predilecto en contra de los demás, las violaciones, sacrificios y holocaustos, todo eso es la fuente del terror que azota a la humanidad..
En cuanto al hijo de dios, que es dios mismo, y es a su vez el que embarazó a su madre, de la cual salió sin que esta perdiera su virginidad, es otro personaje digno de crucifixión… o de manicomio, dicho sea con la debida asepsia y natural herejía. Un dios infinitamente misericordioso que tiene a un aliado, Satanás, para hacerse cargo de los que no creen en él y los martirice eternamente en las llamas del averno. Un dios que colocan como símbolo de la unidad familiar, aunque él abandonó a la suya a los doce años, y luego regresó cuando tenía treinta, para, en tres años, dar a conocer su misión, que no era otra que salvarnos del pecado original cometido por Eva y Adán, pecado sin el cual no hubieran adquirido el conocimiento, gracias a que ella fue incitada por una serpiente parlachina (el diablo), y por todos los pecados que cometamos, por lo cual, si creemos en todo eso, nos garantiza vida eterna a su lado para estarlo alabando por los siglos de los siglos o, de lo contrario, atenerse a su infinita misericordia que aplica su socio, la misma serpiente, pero ahora con cuernos, cola y colorado.
Todos tienen derecho, aún cuando ya no sean niños, a creer en los Reyes Magos, nada más es pertinente recordar que en un Estado Laico los asuntos se resuelven sobre la base de la razón y no de los dogmas ni la fe. El Estado Laico es el único que garantiza la libertad de cultos, siempre y cuando, todos estemos de acuerdo en no querer imponer por la fuerza nuestras particulares creencias a quienes no las comparten.
Está comprobado históricamente que la Iglesia Católica Apostólica Romana, es una institución machista, misógina y criminal. Un verdadero lastre para el desarrollo y felicidad de la humanidad. Norberto Rivera Carrera no es más un protector de curas pederastas (Nicolás Aguilar Rivera, Marcial Maciel, etc.), y su oposición a las leyes que legalizan la unión de personas del mismo sexo y reconocen su derecho a la adopción, sólo revela su mentalidad medieval oscurantista. Al acusar de "perversos" a los legisladores, lo único que hace es “proyectarse” psicológicamente, el perverso es él y todo el clero que lo acompaña. Más de medio milenio de masacrar a los pueblos americanos no se olvidan. Tarde o temprano la ciencia triunfará y el catolicismo, el cristianismo y demás creencias absurdas desaparecerán. No se necesita ser profeta ni pitonisa para predecirlo. Las leyes naturales se cumplen de manera inexorable.

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