martes, 1 de septiembre de 2009

EU doble moral frente al golpe en Honduras

Cuando el gobierno norteamericano ha querido instalar un gobierno a su gusto y medida, lo hace de manera rápida y sin miramientos; el caso paradigmático fue la dictadura de Augusto Pinochet que masacró al pueblo chileno y el golpista sacó de las arcas nacionales 9 toneladas de oro, sin que los yanquis dijeran absolutamente nada. Afortunadamente, la izquierda socialista democrática de Chile ha recuperado en la persona de Michelle Bachelet, la conducción del destino del país.
En Honduras, tan pronto ocurrió el golpe militar que desbancó a Manuel Zelaya de la presidencia, el presidente Barack Obama de inmediato respondió que de ningún modo reconocería al régimen golpista de Roberto Micheletti, y todo parecía que Honduras retornaría a la normalidad en unas cuantas horas.
Sin embargo las gestiones de la secretaria de estado Hillary Clinton no han ido en el mismo sentido de las declaraciones de su presidente; lo cual ya causó escozor en los mandatarios de los países vecinos, Fidel Castro, con su proverbial ironía pidió un premio nobel para la funcionaria norteamericana por sus inútiles gestiones con el presidente Oscar Arias de Costa Rica; Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ha acusado directamente al gobierno yanqui de estar implicado en el golpe; y el temperamental Hugo Chávez, de Venezuela, ha declarado que no reanudará relaciones con su par Alvaro Uribe, de Colombia, por haberse involucrado en los planes yanquis para derrocarlo. Felipe Calderón, por su parte, aplicó ley mordaza al presidente Manuel Zelaya, cuando este visitó México.
Todo indica que el gobierno gringo es bizarro, café con leche, bisexual, esquizoide, arlequín; lo cual es decepcionante porque el negrito nos era simpático. ¿Hasta cuando?

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